Tras un periodo de pausa, el sábado pasado regresé al Magis-comedor y encontré algunos cambios: nuevos voluntarios, nuevos niños, nuevas sonrisas, nuevas expectativas, es decir, un ambiente renovado. También encontré con grata sorpresa que Marco (un pequeño que siempre nos acompaña, junto a su hermanita Mily y su mamá Norma) había crecido un poquito más. Y me pregunto, entonces, cómo serán estos pequeños más adelante.
El voluntariado fluyó (como dice Michel) muy bien ese día, tanto con los niños como con las mamás. En mi grupo trabajamos unos bonitos palos de lluvia, cuyo sonido relajante y mágico, encanto no solo a los pequeños. Conversamos, compartimos, nos reímos y dimos todo lo pudimos dar de nosotros.
Es contradictorio como días atrás, hablamos y discutíamos en mi clase acerca de la situación actual del país, del consumismo que vivimos, de la fuerte influencia de las empresas y los medios, que nos dicen qué cosas tienen valor y que no; valoraciones que terminamos por aceptar como ciertas, y determinan muchas de nuestras decisiones.
Sin embargo, nosotros ese día pudimos divertirnos con cosas simples: algunos conos desechables de papel, granos de arroz, buen ánimo y cordialidad. No necesitamos de cosas costosas ni de marca para sentirnos realizados o felices. “Lo valioso es invisible a los ojos”, como decía el Principito.
Por: Vicky Orly
El voluntariado fluyó (como dice Michel) muy bien ese día, tanto con los niños como con las mamás. En mi grupo trabajamos unos bonitos palos de lluvia, cuyo sonido relajante y mágico, encanto no solo a los pequeños. Conversamos, compartimos, nos reímos y dimos todo lo pudimos dar de nosotros.
Es contradictorio como días atrás, hablamos y discutíamos en mi clase acerca de la situación actual del país, del consumismo que vivimos, de la fuerte influencia de las empresas y los medios, que nos dicen qué cosas tienen valor y que no; valoraciones que terminamos por aceptar como ciertas, y determinan muchas de nuestras decisiones.
Sin embargo, nosotros ese día pudimos divertirnos con cosas simples: algunos conos desechables de papel, granos de arroz, buen ánimo y cordialidad. No necesitamos de cosas costosas ni de marca para sentirnos realizados o felices. “Lo valioso es invisible a los ojos”, como decía el Principito.
Por: Vicky Orly
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